Edificio Kavanagh

Recibí esto y me pareció interesante, es la historia del Edificio Kavanagh.

kavanag.jpg

La increíble historia del Kavanagh, el edificio que nació por el despecho de una mujer

¿Puede el mal de amores llegar a la arquitectura? ¿Es cierto que el que fuera el mayor edificio de Sudamérica nació de una revancha sentimental? Aquí la historia del «Kavanagh«, la construcción del barrio de Retiro que condensa el despecho y amor propio de una legendaria mujer.Ubicado en la intersección de Florida y San Martín, su imagen jamás puede pasar desapercibida entre los transeúntes. Pero si la historia que se esconde detrás de esa mole escalonada con estilo racionalista.En la década del 30, Corina Kavanagh era una hermosa y decidida mujer. Proveniente de una familia enriquecida, llamados despectivamente «nuevos ricos», por su sangre no corría linaje patricio pero sí ansias de trascender. Cuentan que por aquellos años la mujer había mantenido una historia de amor con un joven de alta alcurnia hijo de Mercedes Castellanos de Anchorena, la que se oponía tajantemente a la relación y que logró hacer que terminara.

Dicen que dolida, humillada y decidida a tomar revancha, Corina elaboró una venganza sin sangre…pero con ladrillos.

Nacía el Kavanagh

Nada desvelaba más a los Anchorena, sus rivales, que la construcción de la Basílica del Santísimo Sacramento, hoy un templo abierto a la comunidad pero por aquellos años realizado a pedido de la familia para que se convirtiera en el sepulcro familiar. La familia vivía en el palacete que hoy es la Cancillería, justo del otro lado de la Plaza San Martín.

Pero la intención de la matriarca de los Anchorena era comprar un lote vacío que estaba justo enfrente a la iglesia, para construir su nueva mansión y que la parroquia quedara así anexada.

Pardojicamente, si hoy alguien quiere mirar de frente la actual basílica del Santísimo Sacramento, debe pararse en el pasaje «Corina Kavanagh»

Dispuesta a golpear donde más duele, cuentan que Corina Kavanagh redobló la apuesta y tras comprar el solar, ordenó al estudio de los arquitectos Sánchez, Lagos y de La Torre (célebre en la época) la construcción de un gran edificio con una sola intención: tapar completamente la visual de la iglesia desde muchos ángulos. Pero, y principalmente, desde los ventanales de la mansión de los Anchorena.
El terreno donde hoy se sitúa el Kavanagh pertenecía al hotel Plaza y, según el mito urbano, la mujer aprovechó un viaje de su archienemiga Anchorena para adelantarse a la compra del lugar.Para lograr su cometido, cuentan que la mujer vendió tres estancias que poseía en Venado Tuerto. Tan sólo 14 meses demoró el levantamiento del edificio (entre el 1934 y el 1936), mole que, entre otros récords, ostenta el de haber poseído el primer aire acondicionado central de la Argentina. Su forma escalonada, además de seguir un estilo racionalista, responde también a las restricciones del Código de Edificación de aquel entonces que fue limitando su tamaño original.
Cuenta con 33 pisos y 113 departamentos de lujo (todos completamente distintos entre sí) donde, entre otras personalidades, viven el ex Ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, Joaquín Morales Solá y la diputada Alicia Castro. Con 3 ascensores, 5 entradas independientes, 5 escaleras, locales en la planta baja y estacionamiento, resultó una verdadera novedad para la época, que se vio sorprendida por cómo el inmenso lugar se nutría de una pileta, talleres de lavado y planchado, cámara frigorífica para pieles y alfombras, sistema telefónico central y depósitos de seguridad.

El objetivo fue estrictamente cumplido: hoy, desde el único lugar donde se puede ver la iglesia es el pasaje que corre el hotel Plaza y la torre, que se llama…Corina Kavanagh.«Aún hoy no cuenta con portero eléctrico y hay que anunciarse como en un hotel».

10 Respuestas to “Edificio Kavanagh”


  1. 1 FM 14 agosto , 2007 a las 2:20 am

    dudo que el edificio Kavanagh tenga tan solo 3 ascensores, cantidad mas que comun en cientos de edificios infinitamente menores a este. En cuanto al resto de la historia ……? mmmmmmmmmmm…………., ya vi datos en otras pàginas tan poco comprobables como que la flia Anchorena tenia en la actual Cancillerìa 150 personas en su servicio domèstico ? mmmmmmmmmmm…..

    • 2 PGGoienetxe 8 junio , 2012 a las 11:53 am

      Tuvo 150 personas de servicio doméstico cuando había renta fresquita de las estancias, y papá y mamá garpaban. Igual, de lo que se comenta hay que creer la mitad. Quienes tuvieron dinero en esa época no dejaban de ser gente de campo chamuyera. Eso sí, con muuucho dinero…

    • 3 Anónimo 2 octubre , 2012 a las 9:44 pm

      No son tres ascensores, sino doce.

  2. 4 Martín Castillo Morales 8 May , 2008 a las 4:26 pm

    Muy buena esta historia Carlos, te voy a linkear desde mi flickr, donde colgaré una foto de la iglesia.

  3. 5 Gladys Ledesma 6 julio , 2008 a las 12:30 am

    Muy buena a historia, podria alguien enviarme los planos o dimensiones porque tengo q. dibujar la perspectiva , puntos de fuga etc. de este edificio para arquitectura !.
    gracias

  4. 6 Gaston Stati 9 agosto , 2008 a las 3:07 am

    Mercedes Castellanos de Anchorena falleció en 1920, 14 años antes que comenzara la construccion del edificio en 1936.

    Lamento pinchar el globo, de todas formas es una hermosa leyenda…

    Saludos

    • 7 Anónimo 2 octubre , 2012 a las 9:56 pm

      No se pinchó ningún globo. Mercedes Castellanos de Anchorena mandó construir el Santísimo. Corina Kavanagh lo tapó totalmente. Si la otra lo vio o no lo vio, es al margen. La iglesia pasa inadvertida igual y desde el ex «Palacio Anchorena» no se puede ver ni la sombra.

  5. 8 marian 7 diciembre , 2010 a las 2:51 am

    puede ser verdad en parte y mas real q otra vesion d la misma historia q dice q la despechada era la hija de Corina.Corina kavanagh no tuvo descendientes y comenzo la obra despues de la muerte de la sr castellanos de anchorena (q edifico la iglesia)tal vez sentia odio x los anchorena y su prerrogativa social,no lo se…Lo cierto es q Corina si provenia de una familia rica pero de irlanda(expatriados vip diriamos ahora)y se ve q el roce social le importaba mucho x q se caso 3 veces con hombres de la aristocracia y de apellido patricio.

  6. 9 PGGoienetxe 8 junio , 2012 a las 11:36 am

    Muy bueno el post. El edificio es una maravilla arquitectónica. Pasar por la puerta del Kavanagh crea la misma sensación de inmensidad que pasear por la Basílica de San Pedro, tanta enormidad junta.
    Es útil la tarea de las leyendas porque se perpetúan por el mero hecho de serlas: Nadie sabe explicarlas, y nadie las cuestiona. Igual te cuento que el Anchorena de mentas era Aaroncito, el menor, que vivía con la mamá en el palacio de Plaza San Martín, y era el más querendón de las tías. Viajero, deportista, aventurero, de los primeros playboys argentinos, se postulaba para heredar algo de la familia. Justo cayó en suerte que se enamoró de Corina -que les digo que era una chica muy linda- si tienen la chance de ver la UNICA pintura que encontré de ella pintada por Philip de Laszlo en 1921, ya grande y casada, era una mujer preciosa. Lo que pasa es que a Doña Mercedes no le cuadró para nada el hecho de que el nene no se casara con una chica de familia con más de cuatro apellidos vascos y patricios. Entonces le apretó las clavijas…»si te casás con ella, chau a la herencia», que, hilando fino, y pensando ¡Cuánta plata había en esa época! Era de más o menos usd 200.000.000.- de los de ahora. Aaron andaba de viaje por la isla Victoria en Bariloche, en globo con Jorge Newbery, en monoplano con Santos Dumont en París, y sacarle el cachet…no le gustó. Y la dejó pagando a Corina, que en la época del plantón era un bombón de 15, 20 años. Le quedó una sangre en el ojo muy amarga, ya que al poquito tiempo se casó -creo que por despecho- con un hombre que era incluso mayor que su papá (además amigo de su papá), con muuuuucho dinero. Igual dejo a su critero el resto de la información, ya que Aarón no se casó, y heredando la plata después podía hacer lo que quería con su vida personal. Y seguramente habrá estado en contacto con Corina en esos años. Todo pudo haber quedado ahí, pero la amargura y la ira de Corina tiene muchas más razones de peso. Y se las cuento ahora…
    Le dijo «no» después del apriete de la mamá, pero fue capaz de dejar la carrera aeronáutica a pedido…¡Ooootra vez de mamita! A cambio Doña Mercedes le iba a comprar una finquita en Uruguay, en la cual vivió hasta que murió en 1965, hoy residencia presidencial cisplatina. Corina dijo ¿Ah, sí? ¿Podés dejar lo que más querés por dinero y conmigo nada? Esa es una. En 1920 muere Doña Mercedes. Muerto el perro, se acabó la rabia. Ocho años después Corina enviudece heredando millones. Aarón todavía soltero. Nada. Se pone viejito, y decide entenderse con la viuda de Máximo Paz, Zelmira, que vivía enfrente, en el palacio homónimo. Se casan en el Santísimo Socorro, a finales de 1933. Tengan en cuenta que en ese entonces los «dueños de la plaza» eran dos o tres familias emparantadas todas entre sí, el Plaza hotel…y ese pequeño lotecito triangular justo detrás del Plaza que no le pertenece a nadie…y también enfrente del querido monumento familiar de los Anchorena. La luna de miel de los recién casados duró el mismo tiempo que a Corina le tomó comprar el lote, edificar, endeudarse hasta las patillas en un negocio creciente, eficiente y que prometía muchos dividendos. Y además porque tenía la plata y, quería, que tanto. Cuando los recién casados regresaran el edificio sería el recordatorio para Aarón de que pudo haberse casado por la Iglesia con Zelmira, pero Corina estaba tácitamente delante de eso, aunque más no sea arquitectónicamente. Piensenlo. ¡Qué culebrón! Yo creo que Aarón se siguió viendo con ella todos esos años. Era muy común…
    La «vendetta» se cobró en todo sentido: En 1936 los Anchorena tuvieron que vender su precioso palacio para ser el hoy Palacio San Martín, y cada uno de los integrantes varones que vivián ahí decidieron irse cada uno con su familia a coquetos -y baratos- departamentos, petit hoteles, de Recoleta y Av. del Libertador. Corina hace lo propio en 1948, ya que con Perón había perdido mucha plata, por eso de la ley de alquileres congelados. El negocio se le fué para abajo. También vendió la hermosa mansión en Martinez. Se habrá quedado corta de caja chica, o será que con sus 58 años se cansó de tantas vueltas y se habrá guardado a cuartel de invierno. De ella no se vuelve a saber nada más hasta hasta 1984, cuando fallece. Una vida marcada por la fortuna, pero también por la amargura…


  1. 1 En las alturas de Retiro – Edificio Kavanagh, Buenos Aires « ArquitecturaS Trackback en 9 julio , 2010 a las 11:17 pm

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